Aunque es cierto que no es necesario que acudas al psicólogo para saber afrontar cualquier diminuta dificultad que se te presente en la vida, también lo es el hecho de que no es lo más aconsejable esperar hasta encontrarte al “borde del abismo”.
Reconocer que puedes necesitar ayuda de un profesional es una decisión muy valiente.
Es posible que en algún momento hayas intentado solucionar el malestar que sientes hablándolo con un familiar, amigo/a… pero, aunque te ayuda a desahogarte, no notas un cambio significativo en cómo te sigue afectando la situación en la que te encuentras.
Aunque tu círculo cercano tiene la mejor intención y predisposición para ayudarte, el psicólogo es un profesional en formación continua que te enseñará herramientas y habilidades para mejorar la situación que estás atravesando. Además, y muy importante, te enseñará a afrontar circunstancias futuras con “otras gafas”, desde otra manera de pensar y actuar más eficaz para ti.
Pero, sobre todo, cada uno de nosotros tenemos nuestros tiempos y nuestra manera de hacer y afrontar las cosas. Es esencial que, si decides iniciar un proceso de asesoramiento psicológico, lo hagas de manera voluntaria siendo consciente de que necesitarás adoptar un papel activo.Igualmente, te cuento que será un viaje maravilloso hacia el autoconocimiento y la estabilidad emocional.
Pero, veamos en detalle algunos aspectos clave a los que puedes prestar atención para decidirte.
- Reconoce posibles señales de inestabilidad emocional.
Como decía al inicio, no necesitamos esperar a que las emociones nos desborden. Si un día sientes una energía arrolladora y te ves capaz de superar lo que sea, pero al siguiente se te hace un mundo y te sientes agotado, es momento de escucharte. Pon el foco en tus emociones (ansiedad, ira, tristeza…), en lo que piensas tras esa emoción, en cómo actúas ante ello y en las consecuencias que esto conlleva para ti.
- Reconoce posibles factores fisiológicos que te puedan estar afectando.
Reconocer factores fisiológicos que puedas estar experimentando es algo importante. Algunos ejemplos son: taquicardias, dolores de cabeza, dificultades para mantener un sueño reparador, dolores musculares, problemas intestinales o digestivos, etc. Habrá que valorar en consulta el grado de afectación de éstos a nuestro estado emocional y a la inversa. Es positivo revisarlos, además de con el psicólogo, con otros profesionales médicos.
- Analiza el impacto que tu situación actual genera en diferentes parcelas de tu vida y si es algo puntual o mantenido en el tiempo.
Piensa en cómo tu situación emocional actual pueda estar afectando a tu trabajo, a tu relación de pareja, a tus relaciones sociales, a tus relaciones familiares…Siempre puede ser algo puntual precipitado por un suceso determinado y que en en unos días pueda rebajarse el malestar que te genera. En caso contrario, si es algo mantenido en el tiempo, lo deseable es que puedas pararte a valorarlo y acudir a un profesional.
Y lo más importante, no te asustes, puede ser que estés pasando por una etapa de dificultades y eso es algo en lo que podemos trabajar.
Si te has sentido identificado/a, quiero decirte que podemos trabajarlo juntos. Para pedir una primera cita solo tienes que pinchar aquí.